La Fundación Sergio García y la Fundación Deporte y Desafío lograron que el golf adaptado pasara a practicarse como cualquier otro deporte, comenzaron a darlo a conocer en 2002.
Muchas federaciones de golf en las que nunca se había practicado esta modalidad se unieron a este fin ofreciendo locales y clases para personas discapacitadas.
Desde la Federación de Golf de Madrid por ejemplo querían formar a profesionales para competir a nivel nacional e internacional. Esto antes era algo impensable, lo veían algo imposible y hoy es una realidad.
En la actualidad existen 36 Escuelas en 15 Comunidades Autónomas.
Debido al éxito que en poco tiempo obtuvo este deporte se creó la Asociación de Golf Adaptado, con sede en Madrid ya ha sido la comunidad que más se ha volcado en esta modalidad.
Puede ser practicado tanto por personas con discapacidad física como por personas con discapacidad intelectual:
Personas ciegas: Tienen un instructor, es decir, una persona que les ayuda a preparar el golpe. Es la única persona que puede dar consejos al golfista antes de golpear la pelota.
Golfistas amputados: En muchas ocasiones los dispositivos artificiales son adaptados para que a los jugadores les sea más fácil coger el palo de golf. Esto es algo ilegal. Para que se pueda practicar este deporte el Comité debe estar convencido de que el miembro artificial no proporcione ventajas sobre los demás jugadores, si no es el caso esta persona sería descalificada. Los palos usados son iguales que los del golf tradicional pero se le puede añadir algo a la empuñadura o a la varilla para ayudar a los jugadores a sujetar el palo. Pero si el Comité considera que dicho añadido es una ventaja para el jugador sobre los demás jugadores también puede ser descalificado.
Personas que necesitan muletas o bastones: Para un jugador que utiliza un aparato de ayuda se considera que dicho aparato es parte de la colocación del jugador. Por lo cual no habría problemas. Aunque es difícil determinar cuando un jugador se "coloca limpiamente".
Personas con sillas de ruedas: Al igual que con los golfistas con muletas, las sillas de ruedas son parte de la colocación del jugador. Antes, estos jugadores podían mover la bola una pequeña distancia para facilitarles el golpe pero esto ya no se considera necesario y ya no es aceptado.Las personas en silla de ruedas o con movilidad reducida pueden practicar este deporte con un palo de dimensiones adaptadas que les permite realizar los movimientos con facilidad.
Golfistas con discapacidades intelectuales: Las necesidades del golfista con discapacidades intelectuales serán únicas para
ese individuo y dependerán de la discapacidad que tenga.
Algunos jugadores pueden necesitar una supervisión sobre el terreno
para facilitar alguno o todos los aspectos del juego. El supervisor sería, en algunos casos, algo parecido al
instructor utilizado por un golfista ciego.Otras veces, hay una persona presente en el terreno de juego para quien le necesite, es decir, un "inspector". La diferencia es que el inspector ayuda a cualquier jugador y el supervisor ayuda a un jugador específico con un mayor grado de discapacidad intelectual.
Este deporte es muy recomendado para las personas con discapacidades intelectuales ya que fomenta sus reflejos, la coordinación y la sociabilidad.